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Hacia una nueva poética latinoamericana: el “vacionismo” por Diana Guemarez

  

“Hubo un fuego que ardía como un volcán elevó sus llamas con tal ímpetu el corazón de su lluvia ardió en nubes que besaron el cielo y cayeron en gotas a poseer el alma a hacerse páginas en las manos”.

“Me es imposible conectar los mundos no dudo que estos tengan lenguajes en lo que se puedan entender pero no llego a estar en los lugares con el sentido del otro del destiempo cuando a pleno mediodía  puedo sentir a las estrellas navegar y puedo hilar los versos a pleno mar y cómo hago con el hombre que acostumbra salir a caminar para buscar en el mercado frutas”. LGC

 

En la primavera de 2024, en el marco del 4to. Coloquio Internacional de Poesía y Filosofía, organizado por el escritor mexicano Ulises Paniagua, el artista venezolano Luis Gilberto Caraballo da a conocer su poética del “vacionismo”. Como indicaba el propio autor esta teoría está basada en su propia praxis poética. El concepto y la idea de cómo surge su poesía—y me atrevería decir su arte—viene de la reflexión sobre una práctica artística de más de 4 décadas. Cito a Caraballo:

Es importante resaltar que el “Vacionismo” se ha concebido desde la experiencia más que como un ejercicio teórico. Sus bases, preceptos han sido hechas por la práctica, por su invocación permanente como una música que llega desde la otredad constituye mi universo poético.

Esta concepción que viene desde la praxis artística explica la búsqueda de una inmanencia, de un vacío paradójicamente pletórico, que le permite al poeta captar signos, significados y significantes, que luego tiene que trasladar al lenguaje poético.

 

Escribe Caraballo:

El Vacionismo es la concreción de la    comunicación con el mundo inmanente devuelto en diferentes significados y significantes en nuestro carácter más consciente. El vacío tal como lo enuncia Alain Badiou con respecto al problema de lo uno y lo múltiple se basa en la definición del vacío como nombre propio del ser.

Este inteligente artista conecta luego su concepto del vacionismo con la matemática pura y la música que parecen tener esa esencialidad y esa multiplicidad que él ve en el vacío como inmanencia que intenta tocar, asir, comprender. Apunta:

Siguiendo el hilo deductivo podemos decir que indica que las matemáticas no son ni más ni menos que el discurso que enuncia lo que puede decirse del ser-en cuanto-ser. O, para decirlo de otro modo, que son las matemáticas las que a lo largo de la historia han dado cuenta de la manera más rigurosa de las notas del ser-en-cuanto-ser. La multiplicidad propiamente inconsistente resulta informalizable antes de la teoría de conjuntos, la cual permitió captar una multiplicidad diseminada sin límites.

 

Y como las matemáticas y la música parecen ser uno y un múltiple, el escritor, según Caraballo, tiene que valerse de estrategias poéticas para dar cuenta de esa inmanencia que está llena de infinitos o ese vacío que es pletórico. Veamos cómo Caraballo define esta poesía que viene del vacionismo:

 Hay características inherentes que lleva la poesía y por ende la resonancia del Vacionismo en sí. Está provisto de ambigüedad, es infinito, es atemporal, es matemática, es música, es sueño y realidad, es múltiple, es el ser puro expresado en matemáticas, en resonancias, en pureza.

El venezolano reconoce en su poesía que él se vale de las sinestesias—que pueden apelar a múltiples sensaciones a la vez o el rizoma o metáfora hilada que puede signar múltiples significados de modos simultáneos y también los símbolos. Incluso Caraballo que reconoce la importancia del sonido, la eufonía en sus letras— es pertinente recordar que varios de sus poemas han sido musicalizados—medita en este ensayo sobre el “vacionismo” en la importancia de una sílaba, de un sonido aún de una vocal que puede ser recibida en un plano supra consciente de la siguiente manera:

Cuando hablamos que una vocal contiene el ritmo del rio en su corpus en su esencia eso no tiene una explicación consciente solo se puede atender a la imagen desde la imaginación, desde la pureza de los sentidos y desde el alma se puede intentar discernir acerca de la vocal. ¿Cómo será ese aroma en ella? ¿Cómo será su tacto, su gusto, su olor o su visión? Son preguntas que aún son tempranas para dilucidar el significado porque aún no han llegado a la piel. No han sido trasvasadas al plano consciente, al plano racional, solo sentidas, palpadas, imaginadas, obtenidas en un vuelo por el vacío.

Esta consideración sobre el vacionismo de Caraballo fue expuesta en ese coloquio de poesía y literatura que mencioné y este escritor dio ese texto a la Revista Anestesia y otros lugares para publicación. Por otro lado, Alonso De Molina, destacado poeta y editor español, lo reprodujo en su revista De Sur a Sur, donde, además, publicó un ensayo comparando el vacionismo con la meta poesía.

Pero antes que esto, Caraballo había escrito dos textos sobre el vacionismo. Mismos que me hizo llegar. En estos medita sobre el carácter de la palabra o signo lingüístico y su necesidad de expandir sus significados para referir a múltiples conceptos. Argumenta este escritor en el primero de los textos:

Los contenidos de las palabras, sílabas, sonidos rompientes, las hebras cuando en confesión de referentes han perdido cualquier tipo de referencias y se han diluido en el infinito. En la nada vacío de una existencia pretendida, aunque en el silencio yace en pausa aparente y el mundo fulgente que alberga no posee visibilidad aparente, solo entusiasma con sus concatenaciones a otros mundos que no se logran explicar. Puede ser que de origen aún no hayan sido tocadas por la vibración encendida del tiempo, o puede provenir de alguna pérdida referencial que no permite identificar ninguna ilación en el mundo consciente.

Es decir, el venezolano ve que el signo lingüístico tal como lo conocemos es limitado para referir a una realidad mayor que él intuye desde el vacionismo. Por lo tanto, propone en este escrito romper con el lenguaje tal como lo conocemos y ensancharlo por medio de una reconstrucción del lenguaje donde el símbolo sea polivalente, las metáforas también y las sinestesias den cuenta de esas sensaciones que de manera múltiple recibe el poeta.

En el otro texto sobre el vacionismo de hace un año, Caraballo propone cómo leer un nombre con su adjetivo y propone combinaciones de nombres y adjetivos que expandan los signos lingüísticos. Doy un ejemplo de esta propuesta. Explica Caraballo:

La tarde amarillea óxidos, este verso denota olores y colores propios del óxido y del amarillo cada uno es cabalmente identificable. Ahora bien, cuando hilamos la combinación se convierte en una esencia polivalente que convoca a otros significados y significantes, que si quisiéramos profundizar aún más nos lleva a esa otredad que maravilla dirigiéndonos al vacío o a la nada, es un ejercicio a la inversa que puede explicarse ya que nos hallamos frente a lo tangible. Sin embargo, no deja de ser un exquisito ejercicio la cualificación de lo conseguido en cuanto a la polivalente mezcla de visión, olores, sabores, hasta toca lo audible.

Este mismo modelo lo recrea y apunta luego:

La tarde amarillea música donde nuevamente lo polivalente llega a componer un origen sensorial renovado para denotar como la tarde se vuelve amarilla, musicalmente amarilla dado de forma amplia. Cabe no solo el dotar la imagen de armonía, sino de una visualización alzada de amarillos que se barren armoniosamente. Y nuevamente el ejercicio pudiera connotar el juego de buscar esos nuevos colores musicales que en combinación dan nuevos tonos audible, visibles, olfateables.

Con estos dos ejemplos se puede ver el intento de este escritor venezolano de ensanchar la lengua española tal como la conocemos para tener signos lingüísticos que den cuenta de todo ese vacío pletórico de sensaciones, emociones que recibe de modo supraracional. O para decirlo de otro modo, Caraballo siente que tiene que crear un lenguaje nuevo donde los recursos retóricos, sinestesias, metáforas, rizomas, se potencien para dar cuenta de esa inmanencia (otredad) que se intuye, pero que es inasible.

Por otro lado, he estudiado toda la simbología espiritual y mística en la poesía de este eminente autor y he visto en ello, y en el estudio de otros símbolos en su poesía, cómo los símbolos se permutan y se superponen en ella para hablar de inmanencia que busca incesantemente. Incluso como la palabra, el sonido y el silencio se intercambian en sus letras y devienen en configuraciones infinitas. Dije en aquel entonces:

De modo que tanto la palabra, como el sonido, como el silencio son permutables en la poética de Caraballo y estos tres vocablos tienen o aspiran ser descritos por medio de las metáforas hiladas o símbolos. La fórmula.  Palabra=sonido=silencio es una unidad que se define y se puede definir ad infinitum. Las configuraciones matemáticas que se pueden hacer con estos tres vocablos también son inagotables. Por ejemplo: sonido=silencio=palabra; silencio=palabra=sonido. Esto incluiría todas las metáforas, imágenes, símbolos, que cada vocablo implica. Tenemos ya una miríada de vocablos que se podrían intercambiar de manera perpetua y que recordarían, una vez más, la magnífica pintura de Caraballo citada al principio de este trabajo.

Y comparé la tentativa de este escritor de crear una lengua infinita para poder hablar de lo inasible, con las tentativas de San Juan de la Cruz de ensanchar su lenguaje poético para hablar de la experiencia mística. Señale entonces:

Tal como hizo San Juan de la Cruz en el siglo XVI, este escritor venezolano pretende que su lengua sea inmensurable para así poder hablar de lo eterno. San Juan de la Cruz en las glosas de su poesía intentaba hablar de algo que no se podía hablar, del misterio de Dios, como ha explicado la insigne hispanista Luce López-Baralt (2009). Caraballo desea definir la poesía que sabe que es misterio, infinito, con un lenguaje que se le acerque. Quizás ambos escritores “fracasen” en ese intento. Nunca accederán a la lengua del infinito. No obstante, de este aparente fracaso surge una poesía inagotable y original. Una poesía que permuta antes los ojos del lector como un caleidoscopio. O cuya imagen sea tan indefinida como un mosaico.

Y hoy añado, ¿O es que acaso hablar del vacionismo y escribir desde él no es parte de una mente altamente espiritual, incluso mística, como la de San Juan de la Cruz?

En unas notas más recientes Caraballo ha elucubrado sobre el vacionismo y ha subrayado el carácter transdisciplinario de esta poética que supone unos conceptos filosóficos, matemáticos, musicales y místicos como hemos visto hasta aquí y como el lector verá en el apéndice que incluyo en este ensayo con todas las ideas del ilustre venezolano.

Así por ejemplo comenta en unos apuntes recientes:

Este movimiento implica una profunda intersección entre filosofía, música, matemáticas y poesía. Según Alain Badiou, el vacío es el nombre propio del ser, y las matemáticas expresan lo que puede decirse del ser-en-cuanto-ser. Este vacío, lleno de lo múltiple y regido por las matemáticas, se convierte en un álgebra inaccesible para nosotros, de donde deriva la poesía pura.

Caraballo que es ingeniero de informática de profesión y que ha trabajado con la inteligencia artificial desde hace varias décadas, profundiza y cuestiona hasta qué punto se podría con la inteligencia artificial escribir desde el vacionismo. Cómo podría la inteligencia artificial acceder a la complejidad de esta inmanencia o esta “nada” que ese busca tocar y trasladar en signo lingüístico. Escribe en estas últimas notas:

Uno de los desafíos presentados es que la Inteligencia Artificial, aunque avanzada, no puede generar contenidos de la nada, ya que no comprende y desconoce las referencias y bases del Vacionismo. Los seres humanos, en cambio, pueden preservar y conectar todo rizomas, donde múltiples lógicas coexisten y se expresan en el lenguaje poético. Este punto destaca la singularidad del pensamiento humano y su capacidad para integrar diversas experiencias sensoriales y emocionales en un todo coherente. La poesía vacionista, por tanto, se convierte en una herramienta para explorar y expresar estas conexiones rizomáticas. Esta capacidad rizomática también subraya la importancia de la subjetividad y la creatividad humana en la creación de significados complejos y profundos.

Pero el vacionismo no solo maximiza el uso de ciertas figuras retóricas como hemos visto hasta aquí. El vacionismo para dar cuenta de lo inmanente que es múltiple, no sucesivo, atemporal o donde varios tiempos convergen, tiene que romper con la sintaxis tal como la conocemos y los signos de puntuación. Explica Caraballo:

Por ejemplo, la obra del poeta Luis Gilberto Caraballo pone de manifiesto cómo el uso del lenguaje libre y sin puntuaciones puede crear un flujo de conciencia que refleja la naturaleza dinámica y cambiante de la percepción humana.

Si bien Caraballo cree que la inteligencia artificial no podría replicar ad infinitum todas las sensaciones, percepciones, emociones que el poeta vacionista puede sentir y replicar desde esa inmanencia que busca, si ve cómo la tecnología ha podido ampliar el horizonte de conocimiento del ser humano. Ha llevado al hombre a un estado de conciencia superior. En un elaborado ensayo publicado muy recientemente, este “Renaissance man” habla de su concepto del “hombre cuántico”. Este hombre que siempre fue tecnológico, mas ahora desde la tecnología cuántica puede acceder a un conocimiento amplísimo al que nunca se tuvo acceso. Caraballo medita:

  Veamos por ejemplo lo que significa para un ser humano cuando se sienta ante una pantalla de un computador y le aparecen simultáneamente gráficas, textos, sonidos y videos. Esto es sólo una parte de lo que acontece en algún punto en el tiempo que además muchas veces se complementa con interacción con el entorno humano, llamadas telefónicas, atención, pensamientos, etc. Lo que sucede es que los niveles superan las capacidades normales y entonces lo  que procede es el desarrollo de nuevas capacidades o el despertar de un conjunto de funcionalidades que van hacia la integración cerebral, el multi paralelismo entre otros o, como diría Jan Jan Amkreutz  (4), “La tecnología digital será una herramienta para apoyar nuestra propia evolución, o si se quiere, una extensión de nuestras mentes y cuerpos, asumiendo que nos “despertamos” y entendemos nuestros poderes naturales y creamos nuestro propio destino”.

Podemos inferir que, si bien la IA no podría construir un poema vacionista porque carece de sentimientos, sentidos, intuiciones, emociones, el concepto del vacío, el cerebro del poeta vacionista —estimulado por la tecnología cuántica— podría “evolucionar y ver formas de entender sus propios poderes naturales y llegar a un destino como hombre y artista”.

Caraballo por la multiplicidad de oficios que ejerce como poeta, pintor, prospectivista, pedagogo, ingeniero de computación, narrador, guionista, es un ejemplo del hombre que evoluciona con la tecnología tal como ha visto en el ensayo del hombre cuántico y puede acceder a formas de conocimiento superior por la tecnología y por sus emociones y/o espiritualidad que lo lleva a ponerse en contacto con esa inmanencia que busca a través de todas sus funciones humanas.

Para concluir, debo decir que como crítico literario y teórico me sobrecoge el concepto del vacionismo porque este escritor está formulando una poética que quizás es lo más importante que se está haciendo en estos momentos como explicación del hecho artístico. Una poética desde una praxis que le lleva a preguntarse la naturaleza de este hecho artístico, su trascendencia, las conexiones entre vacionismo, filosofía, matemáticas y música. Qué le lleva a plantearse qué estrategias puede usar para hablar de esa inmanencia; qué cuestiona el lenguaje racional y propone su ruptura; que incluso le lleva a plantearse una nueva sintaxis acorde con la fluidez y la atemporalidad del vacío desde el cual escribe.

Creo que desde Vicente Huidobro no se esbozaba una teoría del hecho poético en América Latina y creo que el vacionismo llega a niveles de mayor trascendencia que el creacionismo al ser la intersección entre espiritualidad, filosofía, poesía, música y tecnología. Y al explicar no solo el poema y su independencia sino hablar de la relación profunda entre poeta, vacío y lenguaje. Aquí reside la belleza de esta propuesta y la importancia de ella. El hombre cuántico, Luis Gilberto Caraballo, explica de modo ejemplar de ello en sus escritos en torno al vacionismo, que el lector podrá ver en los textos que cito.

Finalmente me atrevo a decir que estos escritos sobre el vacionismo de Caraballo están en evolución. Que escribirá más sobre este concepto, lo elaborará. Y aunque este inteligente escritor no ve el vacionismo como dogma estético si lo ve como una puerta para el debate sobre la naturaleza de la poesía y algo que puede servir a sus contemporáneos en el futuro. Ya había escrito en esta primavera de 2024:

El vacionismo, con su enfoque en la matemática pura, la sinestesia y los rizomas, tiene el potencial de convertirse en una corriente significativa en el futuro. Su capacidad para ofrecer nuevas formas de comprensión y comunicación podría hacerlo relevante en un mundo cada vez más complejo y multidimensional. La integración de estos elementos podría permitir una exploración más profunda de la naturaleza de la comunicación y la percepción, posicionando al vacionismo como una herramienta poderosa para la creación artística y literaria.  

©️ de este ensayo, Diana Guemárez Cruz

©️ de sus textos literarios citados y pinturas, Luis Gilberto Caraballo

 

 

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